Ante todo, muchísimas gracias a todos los lectores. Tres millones de entradas de lectura o de simple pasada en el blog -seguramente a veces por error, descubriendo que no responde a lo que se busca-, en dieciséis años.
La cifra coincide con la próxima salida de la universidad.
Ésta suscita una duda: el blog ¿debe seguir, o se cierra una actividad que inevitablemente llega o llegará un día a término? Este día ¿ha llegado?
La pregunta no busca la respuesta negativa, ni el ánimo.
Lo que suscita la duda es el contenido y la finalidad del blog -hoy en día, una anticualla ante el empuje y el dominio, que quizá esté llegando a la saturación, de las redes sociales y la ola de la inteligencia artificial (Chat GPT y similares, tan decepcionantes e ilusorios, a menudo, como oráculos en los que depositamos nuestra fe antes de descubrir que la realidad es reacia a la profecía, y parece disfrutar de obviarla o contradecirla-.
El blog es un bloc de notas, un cuaderno de apuntes, un archivo. Los textos, a menudo, están motivados por la preparación de clases, o son consecuencia de algunas clases, así como de reflexiones de estudiantes, del diálogo con alumnos. Desarrollan, comentan, matizan lo debatido o contado en clase, así como discusiones con amigos y colegas, con otros profesores con los que se comparten experiencias, satisfactorias, enriquecedoras o decepcionantes.
Son también borradores o versiones, ampliadas o acortadas, de textos ya publicados o por publicar. De hecho, alguna revista llamada científica, nos ha acusado de auto plagio, es decir de haber escrito un texto parecido al publicado en el blog, no sabiendo o no aceptando que el texto del blog era una primera versión del texto publicado, era el origen del mismo. De todos modos, esta acusación, producida en dos ocasiones, revela que el blog es leído, encontrado, seguramente por algún “algoritmo”. Finalmente, algún texto dialoga con otras personas, sin que éstas lo sepan, aunque sin duda lo intuirían si se toparan con el blog.
El respeto, o la ironía, en todos los casos, ha trazado siempre el camino a seguir, y han dibujado los límites a no traspasar.
Respeto que también han mantenido los comentarios. En dieciséis años solo se ha tomado la decisión de no publicar un comentario porque insultaba a otro comentarista. Y algún comentario, cuatro o cinco, que haciendo publicidad de algún producto. El blog nunca ha aceptado la publicidad. Aporta dinero, pero coarta lo que se puede cobrar.
Estos textos han alimentado exposiciones, conferencias, clases y libros. Constituyen un mismo texto que vuelve sobre sí mismo, amplía o perfila algún comentario u observación anterior, complementa escritos del pasado.
Mas, con la salida de la universidad, el origen y finalidad de los textos, y de la búsqueda de datos e imágenes que puedan resultar útiles para las clases, dejan de tener sentido.
Quedan ciertamente exposiciones por delante, hasta 2028. Programadas siempre con años de antelación, aunque a veces tan solo con meses de adelanto.
El ritmo de escritura, si prosigue, seguramente se ralentizará, porque ya no se tendrá que pensar en lo que se explicará en clase ni, sobre todo, se tendrá la recepción, positiva o indiferente, de lo contado, lograda o fallidamente. Se tendrá menos qué decir, menos sobre lo qué reflexionar, buscando corregir lo contado en clase, y se perderán las observaciones, reflexiones, críticas y comentarios de los estudiantes que permiten tratar de mejorar, se consiga o no. La exposición oral y escrita busca establecer puente. Mas si, ante sí, solo queda la ausencia y el vacío….
Y, desde luego, agradecimiento a los estudiantes y a los profesores con los que hemos trabajado, por su atención y respeto, el silencio y las reflexiones, a veces solo por las expresiones de aceptación o rechazo, por el movimiento de la cabeza, aprobando o negando, y el estímulo que brindan, sus agudas observaciones que evitan que se dé por sentado que una clase irá bien.
Toda clase es una aventura, un salto en el vacío, en el que a veces nos estrellamos porque actuamos confiados, sobradamente. Las caídas son una excelente lección para darse cuenta que una clases no es un recitado mecánico, sino una fantástica exploración, que da miedo y causa placer, angustia, temor, que enriquece y obliga a repensar en lo ocurrido, se haya superado o no el reto que toda clase presenta.
Y que el blog recoge.
Muchas gracias, y hasta mañana o hasta….